Las armas nucleares son dispositivos que poseen un enorme potencial destructivo, que utilizan la energía derivada de la fisión nuclear o la fusión nuclear. Tuvieron su origen en los avances científicos de la década de 1933, que hicieron posible su desarrollo, y su auge con la carrera de armamentos y las pruebas nucleares de la Guerra Fría. A fines de la década de 1960, se abordó el problema de la proliferación (Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares). Posteriormente, surgió el problema del posible uso con fines terroristas, a principios de siglo XXI.[1]